Un día, mientras caminaban por la calle, un grupo de niños escuchó un sonido proveniente de un desagüe cercano. Se acercaron con cautela y miraron hacia adentro para encontrar a un perro acostado en el suelo cubierto de barro y suciedad. Los niños regresaron rápidamente a la comunidad para informar a sus familias de lo que habían encontrado. Un grupo de personas del área se unió para rescatar al perro del desagüe.

Con cuidado, lo sacaron de la zanja y lo llevaron a un veterinario local. El veterinario examinó al perro y encontró que tenía dos patas fracturadas. Era evidente que alguien lo había golpeado y luego lo había colocado en el desagüe para que muriera. Aunque el perro estaba débil y deshidratado, demostró ser un luchador a pesar de sus heridas, aún movía su cola y trataba de besar a las personas que intentaban ayudarlo.

El veterinario comenzó rápidamente el tratamiento para estabilizar al perro. Le administraron medicamentos para el dolor y le colocaron cuidadosamente férulas en las patas para evitar que se movieran. El veterinario aconsejó a las personas que lo habían llevado que necesitaría quedarse en la clínica durante varias semanas para recuperarse de sus heridas.

La comunidad se unió para apoyar al perro, llevándole comida, juguetes y mantas a la clínica para que se sintiera cómodo. Decidieron llamarlo “Lucky” porque creían que tenía suerte de haber sido rescatado y de tener una oportunidad de una nueva vida.

Durante las siguientes semanas, Lucky comenzó a recuperarse. Recibió terapia física regular para fortalecer sus piernas y se le dieron alimentos nutritivos para ayudarlo a recuperar su salud. La gente de la comunidad lo visitaba todos los días y lo sacaba a pasear para que hiciera ejercicio. Una vez que Lucky se recuperó completamente, la comunidad comenzó la búsqueda de una familia amorosa para adoptarlo.

Se colocaron carteles en el vecindario y se difundió la noticia sobre Lucky en las redes sociales. Recibieron varias ofertas de familias interesadas en adoptarlo, pero estaban decididos a encontrar la mejor familia para él. Finalmente, una familia se presentó con un gran jardín para que Lucky pudiera jugar y mucho amor para darle. Lucky estaba emocionado de estar en su nuevo hogar y se adaptó de inmediato. Estaba rodeado de amor y nunca olvidó la compasión de las personas que lo rescataron del desagüe.