Desde muy temprano, la perra de Sudáfrica que veremos a continuación vivía atada a la cuerda. Resultaba imposible para el animal liberarse de la pesada cadena de metal que le rodeaba el cuello. A pesar de ello, la valiente intentaba escapar una y otra vez… tantas veces que la cadena se enroscaba y acababa a la mitad de su tamaño original.

Pero el sufrimiento de la cachorra estaba a punto de llegar a su fin… A finales de abril, Carol Conradie, voluntaria de Tin Can Town, un grupo de rescate de animales local, fue alertada sobre el animal encadenado. Ella estaba entregando suministros a perros y personas en Blikkiesdorp, Ciudad del Cabo, cuando alguien le contó la historia del animal. Sin dudarlo, ¡corrió a rescatarla!

Algunas de las personas más humildes de Sudáfrica viven en Blikkiesdorp. Los lugareños residen en pequeñas chozas hechas de chapas de hierro, restos de madera y neumáticos viejos. Además, la mayoría carece de servicios básicos como sanitarios y calles.

Cuando Conradie acudió al encuentro del animal, descubrió que el dueño de la perrita había huido hacía dos meses, cuando unos miembros de una pandilla amenazaron con matarlo. El dueño ató a la perra, quizás con la intención de regresar por ella. Sin embargo, él nunca volvió, y los vecinos intentaron cuidar de ella en ausencia del hombre. Le empujaban tazones de comida y agua a través de la estrecha abertura donde ella se encontraba, pero no podían quitarle la cadena al animal. Cuando Conradie miró por la abertura, vio al animal temblando en un rincón.

“Ella estaba acurrucada lo más lejos que podía”, contó Conradie. “Intenté acariciar su cabeza, y le puse comida para ver si podíamos atraerla, pero no venía”. Conradie conversó con la cachorrita usando una voz suave por varios minutos, y logró acercarse.

Conradie nombró a la perra como Chantel, y descubrió que era muy amigable y cariñosa. “Ella apenas se arrastró directo a mi regazo”, contó Conradie. “Ella estaba colocando la cabeza debajo de mi brazo”.

La naturaleza amigable de Chantel facilitaría el rescate, pero aún estaba el problema de la cadena. La mujer intentó serrar el metal con una sierra, pero no pudo. Sin embargo, uno de los vecinos decidió ir al encuentro de un hombre que tenía una cizalla capaz de cortar el acero. Mientras Conradie esperaba por la cizalla, acarició a Chantel y tiró de la cadena alrededor de su cuello. En ese momento, finalmente descubrió cómo quitarla. “Pude empujar el candado hasta la parte superior de su mandíbula, y la cadena medio que simplemente deslizó sobre una de sus orejas”, contó. “Después de eso, pude pasar por encima de su cabeza.”

Chantel se sintió muy aliviada por haber sido liberada. “Ella era tan simpática y estaba tan feliz por estar fuera”, mencionó Conradie. “Ella acurrucó la cabeza en mi cuello y su cola estaba azotando mi pierna.” La mujer y los otros voluntarios de Tin Can Town llevaron a Chantel al veterinario para un chequeo, y se encargaron de que fuese esterilizada y vacunada. Aunque fue una experiencia horrible para el animal ser atado por tanto tiempo, Chantel estaba en buena salud.

Después de ser tratada, la perrita encontró un hogar. Los vecinos que la habían alimentado pidieron adoptarla. Ya tenían otros perros, que parecían bien alimentados y cuidados, y prometieron cuidar de Chantel de la misma manera. Aunque algunas personas cuestionaron la decisión de Tin Can Town de dar el animal a los vecinos, el equipo explicó que siempre busca las mejores soluciones para los animales y para las personas de la comunidad.

“Por favor, tenga la seguridad de que evaluaremos la situación de cada animal caso a caso y, si sospechamos de cualquier crueldad, abuso o negligencia grave en esa casa, pues llevaremos al animal de vuelta”, dijo un portavoz. “Si las personas se preocupan y solo necesitan ayuda y educación, entonces trabajamos con los dueños para mejorar las condiciones de vida del animal”.

Afortunadamente, en el caso de Chantel, sus nuevos dueños sabían exactamente cómo cuidarla. ¡Ahora, está libre y podrá correr y jugar con sus nuevos hermanos! Sus dueños actuales fueron los vecinos que hicieron la denuncia y le dieron una nueva oportunidad en la vida, por lo que seguramente la tratarán bien.