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Abandonada en un depósito de chatarra, Miley estuvo a punto de mezclarse con los desechos que la rodeaban.

Derrotada y sin fuerzas, Miley ni siquiera pudo huir cuando Hagar se acercó a ella.

Con paciencia, Hagar se sentó junto a Miley durante una hora antes de que ella permitiera que le colocara una correa alrededor de su cuello y la llevara a su auto. Había recibido un llamado urgente sobre un perro llamado Miley y había estado sobreviviendo en la pila de basura durante meses. Apenas visible entre los escombros, Miley parecía estar al borde de la muerte cuando Hagar la encontró.
Hagar mencionó al Huffigton Post que Miley estaba tan débil que ni siquiera tenía la energía para huir cuando él se aproximaba. Acogió con gratitud la comida que le ofrecieron y permitió dócilmente que le colocaran una correa alrededor del cuello. Fue necesario sentarse con ella durante una hora antes de que finalmente estuviera lista para abandonar el lugar con él.
Sin esperanza aparente, Miley observa indiferente mientras la llevan a la clínica veterinaria.
Recibiendo amor y atención, Miley deja que Hagar le acaricie suavemente la cabeza; probablemente era la primera vez en meses, o incluso años, que alguien lo hacía. A regañadientes se incorporó, pareciendo reacia a alejarse de la pila de basura donde había vivido durante tanto tiempo sin interferencias. Finalmente, cojeando con dolor, se apartó de los desechos y Hagar la introdujo en el auto, donde se acomodó en el asiento delantero con sus patas enrojecidas y carne viva bajo la cabeza.
Al llegar a la clínica veterinaria, descubrieron que Miley sufría de sarna, parásitos, infecciones bacterianas y desnutrición.
Durante el examen médico, se confirmó que Miley padecía diversos problemas de piel, incluyendo sarna y parásitos, los cuales fueron tratados con baños medicados.
Aunque su cuerpo estaba recuperándose lentamente, el ánimo de Miley seguía decaído.
A pesar de superar el trauma inicial, Miley necesitaba baños medicados y tratamientos para sanar por completo sus afecciones cutáneas. A medida que su piel comenzaba a mejorar, también parecía recuperar su espíritu. Mostró afecto hacia Hagar, pero la mayor sorpresa llegó cuando conoció a Frankie, un pequeño chihuahua negro.
Miley y Frankie se convirtieron en mejores amigos y disfrutaban de la compañía mutua.
Hagar comentó que después de recibir amor y atención por parte de Miley, ella ayudó a Frankie a encontrar la felicidad. Rescatado de una tubería de desagüe y aterrorizado por todo, excepto por Miley, este perrito encontró en ella una figura tranquilizadora. Hagar también mencionó al Huffington Post que Frankie había estado cerca de ahogarse en un túnel de alcantarillado después de una fuerte lluvia.