Cuando presencié esta escena por primera vez, ¡mi corazón se aceleró! En una fiesta desinteresada, el dueño dejó una lona para la madre y sus ocho cachorros, pero la mitad de ellos ya habían desaparecido debido al frío extremo y la lluvia.

Estamos trabajando para salvar a aquellos que aún se encuentran en una situación difícil. La madre, que también se encuentra feliz y acepta muy bien nuestra comida, casi se derrumba llorando de alegría cuando los salvamos. Por suerte, están muy bien, también cuidamos de su madre.

Ahora se encuentran cálidos y seguros en nuestro refugio. Pronto crecerán y se unirán a nuestro saludable grupo.